Por Catalina Polledo, Directora Asociada en Valuar
En un mundo laboral que ya estaba experimentando una importante transformación digital y explorando las posibilidades de la inteligencia artificial, la pandemia de Covid-19 ha acelerado aún más la adopción de la tecnología en el trabajo, generando cambios exponenciales y nuevos paradigmas en el entorno laboral, la forma de realizar tareas y las habilidades requeridas por las organizaciones.
Además de establecer el trabajo remoto como norma y reconocer la tecnología como una herramienta esencial para garantizar la continuidad de los negocios en tiempos de incertidumbre, las empresas se han animado a adoptar nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia y la productividad. Así, la incorporación de tecnologías emergentes relacionadas con la inteligencia artificial y la automatización se ha vuelto cada vez más frecuente y tangible, sin importar el sector o la industria, lo que ha contribuido a una toma de decisiones más informada y a un entorno laboral más eficiente.
Es innegable que la inteligencia artificial (IA) está transformando el mundo del trabajo y se espera que tenga un impacto significativo en el futuro del empleo. Según el Foro Económico Mundial (WEF), para 2025 se estima que alrededor de 85 millones de empleos podrían verse afectados por la implementación de tecnologías de inteligencia artificial. Los trabajos que implican tareas repetitivas y rutinarias serán los más afectados de manera rápida y directa. Sin embargo, la IA también creará nuevos empleos y oportunidades para aquellos dispuestos a adaptarse y aprender.
Por lo tanto, es evidente que la adopción de nuevas tecnologías transformará las tareas y habilidades que las compañías requerirán en el futuro. En este sentido, habilidades relacionadas con el pensamiento crítico, el análisis y la resolución de problemas, el aprendizaje activo, la capacidad de trabajar en equipo, la comunicación efectiva y la flexibilidad para adaptarse a entornos en constante cambio se vuelven imprescindibles para asegurar un lugar en el mundo laboral del futuro. En un mundo donde el cambio es la única constante, es necesario mantenerse ágil y adaptable, enfocados en la innovación, fomentando una cultura de mejora continua que promueva la co-creación y la colaboración. El trabajo del futuro definitivamente requerirá profesionales curiosos, dispuestos a explorar y asumir riesgos.
En este contexto, el papel del líder adquiere una relevancia especial. El liderazgo del futuro también se centrará en habilidades como la empatía, la colaboración y la adaptabilidad. A medida que las empresas se vuelven cada vez más diversas y globales, los líderes deberán desarrollar la capacidad de trabajar con equipos compuestos por personas de diferentes orígenes y contextos culturales. Además, se requerirá un enfoque más humano del liderazgo, inspirador y dispuesto a colaborar desde un lugar humilde y receptivo. Asimismo, se deben desarrollar habilidades socioemocionales como la inteligencia emocional, la empatía y la comunicación efectiva para liderar con éxito en entornos laborales dinámicos y orientados hacia las personas.